Cuenta una vieja y pequeña historia, una de esas en que su origen ya no se recuerda, y que dehecho no importa, que había en una solitaria, escarpada e imponente montaña un mounstro tan horrible y malvado, que nadie que lo hubiese visto a los ojos había sobrevivido para contarlo.
Cuenta tambien la historia que había un joven de mediana edad, extremadamente soñador, y que le encantaba enamorarse de el mundo. Abria sus ojos cada mañana y se maravillaba de todo lo que veía y se volvía a enamorar de la vida.
Sus amigos, por otra parte estaban muy ocupados en sus cosas de adultos para prestar atención al mundo.
Estos amigos cansados de la inmadurez del joven un día deciden expulsarlo del pueblo y le sentenciaron: "sube hasta la montaña, enfrentate a la criatura que vive allí, y sin una prueba real de su derrota, no podrás regresar"
Triste y acobardado, comenzó a deambular por los bosques, hasta que una tarde encontró a los pies de una colina aun singular anciano.
Este le preguntó porque vagaba solo por el bosque, y nuestro joven amigo le contó su historia y su dolor. El anciano le dijo que era "un Sabio" y que el podría ayudarle a cumplir con su cometido, así podría volver a la comunidad... (continua)
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