martes, julio 3

Un Sueño de Ensueño.


... entonces cerré mi ojos y después de un rato al fin me quedé dormido.


Y me encontré en un lugar hermoso, todo era ¡tan delicadamente perfecto! Era un paisaje en el fondo muy común... un pradera verde, algunos árboles, el cielo con unas nubes cruzando lo de par en par, unas montañas se asomaban al fondo observando desde las alturas mi cara de incredulidad.

Si, en el fondo era muy común, pero no en la forma. La verde pradera era simplemente perfecta. cada ciertos tramos tenía un poco de maleza para que se sintiera totalmente real. En ella crecían las flores más grandiosas que mis ojos jamás volverán a encontrar; en colores que hacen que la más roja de las rozas sea un pálido fantasma que murmura desde las sombras y la oscuridad.

Los arboles fueron tallados a mano, por la mano de aquel constructor arduo y paciente que construye al mundo, pero estos arboles eran un tallado excepcional. Sus hojas y sus ramas cobijaban la vida y te invitaban a sumergirte en la alegría de estar vivo, de sentir cada partícula de vida corriendo por tu cuerpo, abrazándote con sus manos llenas de amor. De pronto alguna criaturas se dejaban entre ver jugueteando en las copas.

El cielo era tan cristalino que reflejaba todo lo que estaba abajo, y era tan quieto y apacible que dejaba ver el esplendor de las estrellas, mientras los rayos del sol caían como cascadas doradas  por las laderas de las montañas hasta bañar por completo las costas verdes y floridas a sus pies.

Estaba simplemente de pie, en éxtasis, disfrutando lo que mis ojos me estaban regalando... Hasta que de pronto mi visión se quebró. De un segundo a otro, a pesar de que todo seguía ahí, de pronto su perfección se había quebrado. 

Alguien se la había robado. A su lado, todo lo demás parecía un vertedero. No sólo era perfecta... ella era la perfección. Esa mujer se acercó a mi. Caminaba mirándome a los ojos, sin sacarme la vista de encima en ningún momento. De todo lo bello que alguna vez mis ojos vieron, y posiblemente alguna vez podrán ver, ella era lo mejor, simplemente lo mejor y más bello y delicadamente perfecto que mi vida experimentó.

Yo salí a su encuentro, con mi corazón gritando hasta casi romperse la garganta. Nos detuvimos. Allí estábamos, frente a frente. Ella lentamente puso su mano en mi pecho; yo puse la mía en su cintura, nos perdimos en una larga mirada, hasta que finalmente nos besamos. y por primera vez entendí lo que significa estar vivo, por primera vez probé el sabor de la vida misma.

Entonces, con la misma delicadeza comenzó a alejarse, y de pronto se volvió para mirarme una vez más y sonreírme... Entonces dije:

Eres un regalo, un don; tan inesperado que no sé si habré de merecer. Eres la luz que trae el alba, eres todas las razones, eres todas las soluciones. Eres lo que siempre he soñado, eres lo que siempre había esperado, eres todo lo que siempre me pregunte si existías.

Volvió a sonreírme, y siguió alejándose.

Entonces de súbito desperté. Otra vez estaba en mi pieza, en mi casa,  y me sentí abrumado y muy apenado,  con un dolor terrible, de saber que sólo había sido un sueño... y de pronto, sonó el teléfono; lo contesté y escuché tu voz. Entonces me di cuenta, así sin  más, que la mujer de mis sueños, eras tú.