Si la vida fuera un sueño, tú eres la chica de mis sueños.
y entonces me pregunto cómo será ese mundo que está por allí.
me aterra pensar que sea un lugar tan muerto
como cada una de las noches donde no te siento.
quizás eres sólo una fantasía, sublime y bendita
que manas del más profundo inconsciente yerto
para llenar las penas y el frio del invierno.
Exacto, eso es el mundo, un invierno,
quizás por ello este mismo sueño sea tan extenso,
refugiado en el calor de mi cama,
te invento en mi mente para sentir tu calor intenso;
porque eres el fuego del infierno,
con la dulzura tierna de un ángel cuando ama,
que sazonas el sabor de todo cuanto tocas,
pues tu cuerpo, tus ojos, y tú misma,
el sabor de todo aquello que cualquiera llame vida.
mientras tanto, afuera el viento sopla,
el frio congela, al punto en que la vida no soporta…
mientras, besas mi cuerpo, y yo el tuyo,
porque esto es un sueño, ¿y que más importa?
Quisiera convencerme que eres real;
y te prometo que me esfuerzo, mucho, con todo lo que tengo
pero se que es un delirio,
que nace de la pena y el hastío,
de vivir en un mundo, donde cada día
la vida se te escapa y gana la melancolía.
La verdad es un concepto, un ideal,
como la perfección no es habitante de este mundo,
tú no eres real, y yo no soy habitante del tuyo.
Por ello no me dejo de aferrar,
no sé hasta cuando dure este sueño.
¿Qué hace alguien como yo,
frente al crudo y endiablado invierno?
Pero existe la más mínima esperanza,
de que estoy soñando el pensar que es un sueño,
y este mundo muerto e impotente es tan sólo un invento,
producto del mundo de la fantasía,
de un hombre que no cabe en su alegría,
porque sabría entonces que al despertar,
y volver al verdadero mundo de verdad,
tu estarás allí, junto a mí y serás mi realidad,
y sabré entonces que soy el hombre aquel,
que está acostado, mirando, tocando y besando.
a la chica de sus sueños.
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