Si fuera un rayo de sol,
quisiera ser aquel que ilumina tu rostro radiante.
Si fuera un poco de agua,
quisiera recorrer y refrescar tu cuerpo.
Si fuera una flor,
quisiera ser aquella que te hace sonreir.
Si fuera yo el aire,
quisiera ser la bocanada que te da el aliento.
Si yo fuera tierras,
quisiera que plantaras tus sueños en mi.
Si yo fuera una roca,
quisiera ser la de tus cimientos.
Si yo fuera un espejo,
quiesiera decirte cada día lo bonita que estás.
Pero no lo soy,
no soy más que aquel que, impotente,
mira como te iluminas de otros rayos,
que otras aguas te recorren,
que son otras las flores que te hacen sonreir.
Soy el aire que no haz de respirar,
soy las tierras que no haz de sembrar,
Buscas otras rocas donde levantar,
y casi nunca dejas que te diga
lo hermosa, radiante, e increible que hoy estás.
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